Las instalaciones de producción alimenticia necesitan mecanismos complejos para su producción, así como una manipulación efectiva de los operadores. A la vez, necesita de condiciones higiénicas y de desinfección muy puntuales. Por ello, controlar la calidad del aire en dichos espacios (especialmente en cuanto a temperatura y humedad) se vuelve indispensable.

Cada factor necesita gestionarse con la calidad del aire interior, manteniendo una estabilidad presente en cada sector para garantizar la seguridad y calidad de los productos. Con el debido filtrado de aire, gracias a un análisis previo de los sistemas existentes y los posibles peligros, se puede conseguir. Luego del estudio técnico de los riesgos de contaminación, se focalizan las zonas de riesgo potencial y se define la pureza requerida en cada ambiente.

Al instalar un sistema de filtrado de aire, es necesario que estos se mantengan libres de contaminantes en suspensión y trabajen con las condiciones de higiene intactas. Es conveniente contar con los filtros necesarios para diferenciar entre polvos, aerosoles o componentes gaseosos. En caso de contar con alguna concentración elevada, es buena idea utilizar filtros lavables, por motivos técnicos y económicos.

Es importante saber qué factores se controlan a la hora de optimizar la calidad del aire en la industria mencionada:

  • Circulación de aire: con las adecuaciones debidas, se puede eliminar la mayor parte de los problemas, sobre todo con ventiladores industriales que mueven grandes cantidades de aire a bajas revoluciones, lo cual optimiza energía. Estos ventiladores, junto a sistemas HVAC, se construyen para regular factores como la temperatura y humedad, eliminando sustancias tóxicas en suspensión y evitando acumular polvo.

 

  • Gestión de humedad y condensación: ambas problemáticas pueden generar mayores consecuencias en la industria. De nuevo, con ventiladores de gran dimensión se llega a una circulación de aire en el entorno, lo cual evapora y contribuye a la mejora de calidad de aire.

 

  • Temperatura regulada: debido a generar productos para consumo humano, las temperaturas deben ser estables, para preservar la calidad y seguridad del producto. En estancias pequeñas, mantener estos niveles no es una tarea complicada, pero puede presentar un problema en espacios amplios. Aquí, se necesitarán sistemas que distribuyan adecuadamente el frío, evitando que el aire caliente ascienda y la temperatura siga uniforme.

 

Mejorar la calidad de aire en industrias es un elemento principal para mejorar las condiciones de trabajo, con confort para empleados y gestión de la misma producción. Esto, como ya vimos, es aún más importante en la industria de los alimentos, siendo un factor necesario para las condiciones deseadas y evitando la contaminación.

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